Despedida a las Fiestas con un multitudinario acto de la Aparición
El niño Sant Jordiet lanzó miles de flechas desde las almenas del castillo como colofón a la jornada
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M. VICEDO Alcoy escribió anoche la última página de la Trilogía de 2011 y lo hizo con el acto de la Aparición de Sant Jordiet en las almenas del castillo frente a miles de alcoyanos y con un espectáculo piromusical. Todo un final entre flechas y pirotecnia que llegó después de tres intensos días en los que las tropas moras y cristianas han estado en la ciudad de Alcoy para conquistarla. Al final, fueron los componentes del bando de la cruz los que se alzaron con la victoria después de unas batallas que se desarrollaron durante el día de ayer y en las que participaron 2.400 fester0s.
La última jornada festera amaneció con humor gracias al Contrabando que protagonizaron miembros de la Filà Andaluces y la Filà Labradores.
Después llegó un acto destacado del programa oficial: la Estafeta y Embajada Mora. Dos actividades que fueron intensas, por los parlamentos entre los embajadores y por los truenos que se sucedieron a lo largo de la mañana.
Por la tarde se vivió la misma situación de batalla, aunque con los papeles cambiados, porque eran las huestes de la media luna las que defendían el castillo mientras que los componentes del bando de la cruz querían conquistar la fortaleza y, consecuentemente, la villa. Un objetivo que consiguieron tras la Embajada Cristiana y una intensa lucha. Al final, Alcoy quedó en manos de los cristianos.
A última hora de la tarde, los alféreces, capitanes, Sant Jordiet y sus respectivas bandas, así como los miembros de la Asociación acompañaron a la imagen de San Jorge "El Xicotet", que era llevada por festeros de la Filà Chano, desde la parroquia de San Mauro -donde permaneció durante la última semana- hasta su templo donde tuvo lugar una oración de acción de gracias.
El desenlace
El final de las fiestas llegó con la Aparición de Sant Jordiet, Jorge Pérez Martínez, en las almenas del castillo.
Todavía quedaban algunas luces del día, cuando se inició el acto ante una abarrotada plaza de España y a lomos de un caballo de cartón de color blanco se presentó Sant Jordiet con el fin de tirar las flechas. Y lo hizo recorriendo la parte más alta de esta fortaleza mientras sonaba el Himno de Fiestas. Una vez más, los congregados en esta céntrica plaza volvieron a entonar el "Nostra festa ja...", brindando, asimismo, un sonoro aplauso.
Como también viene siendo una tradición, el niño Sant Jordiet subió a una carroza, que evoca la torre de un castillo, para dar vueltas a la plaza de España con el fin de lanzar más flechas para que llegasen al público que estuviese más alejado de la fortaleza. En total, Sant Jordiet lanzó 20.000 flechas.
Sin embargo, entre tradición y tradición se coló una novedad. Y es que por primera vez, tras la Aparición, se disparó el castillo de fuegos artificiales desde la placeta del Fossar. Aunque en esta ocasión las palmeras de colores dorados, rosas o verdes se intercalaban con el sonido de la marcha cristiana "Aleluya" del maestro Amando Blanquer -la versión sinfónica- que resonaba por toda la plaza de España y sus aledaños.
Fue un espectáculo piromusical que gustó a los alcoyanos que se reunieron en esta céntrica plaza. Prueba de ello es la sonora ovación que brindó el público nada más terminar los fuegos artificiales.
La última jornada festera amaneció con humor gracias al Contrabando que protagonizaron miembros de la Filà Andaluces y la Filà Labradores.
Después llegó un acto destacado del programa oficial: la Estafeta y Embajada Mora. Dos actividades que fueron intensas, por los parlamentos entre los embajadores y por los truenos que se sucedieron a lo largo de la mañana.
Por la tarde se vivió la misma situación de batalla, aunque con los papeles cambiados, porque eran las huestes de la media luna las que defendían el castillo mientras que los componentes del bando de la cruz querían conquistar la fortaleza y, consecuentemente, la villa. Un objetivo que consiguieron tras la Embajada Cristiana y una intensa lucha. Al final, Alcoy quedó en manos de los cristianos.
A última hora de la tarde, los alféreces, capitanes, Sant Jordiet y sus respectivas bandas, así como los miembros de la Asociación acompañaron a la imagen de San Jorge "El Xicotet", que era llevada por festeros de la Filà Chano, desde la parroquia de San Mauro -donde permaneció durante la última semana- hasta su templo donde tuvo lugar una oración de acción de gracias.
El desenlace
El final de las fiestas llegó con la Aparición de Sant Jordiet, Jorge Pérez Martínez, en las almenas del castillo.
Todavía quedaban algunas luces del día, cuando se inició el acto ante una abarrotada plaza de España y a lomos de un caballo de cartón de color blanco se presentó Sant Jordiet con el fin de tirar las flechas. Y lo hizo recorriendo la parte más alta de esta fortaleza mientras sonaba el Himno de Fiestas. Una vez más, los congregados en esta céntrica plaza volvieron a entonar el "Nostra festa ja...", brindando, asimismo, un sonoro aplauso.
Como también viene siendo una tradición, el niño Sant Jordiet subió a una carroza, que evoca la torre de un castillo, para dar vueltas a la plaza de España con el fin de lanzar más flechas para que llegasen al público que estuviese más alejado de la fortaleza. En total, Sant Jordiet lanzó 20.000 flechas.
Sin embargo, entre tradición y tradición se coló una novedad. Y es que por primera vez, tras la Aparición, se disparó el castillo de fuegos artificiales desde la placeta del Fossar. Aunque en esta ocasión las palmeras de colores dorados, rosas o verdes se intercalaban con el sonido de la marcha cristiana "Aleluya" del maestro Amando Blanquer -la versión sinfónica- que resonaba por toda la plaza de España y sus aledaños.
Fue un espectáculo piromusical que gustó a los alcoyanos que se reunieron en esta céntrica plaza. Prueba de ello es la sonora ovación que brindó el público nada más terminar los fuegos artificiales.
